martes, 24 de marzo de 2009

Desarrollo de la Unidad IV. La Generacion de Tecnologìa

Introducción
La nueva economía, la globalización y las nuevas tecnologías son algunos de los elementos que han hecho que la gestión del conocimiento vaya adquiriendo cada vez más importancia. El conocimiento, tal como se entiende hoy día, es un recurso que no tan sólo nos permite interpretar nuestro entorno, sino que nos da la posibilidad de actuar. Es un recurso que se halla en las personas y en los objetos físicos o no que estas personas utilizan, pero también en las organizaciones a las que pertenecen, en los procesos y en los contextos de dichas organizaciones. La gestión del conocimiento consiste en optimizar la utilización de este recurso mediante la creación de las condiciones necesarias para que los flujos de conocimiento circulen mejor. Lo que gestionamos en realidad, pues, no es el conocimiento en sí mismo, sino las condiciones, el entorno y todo lo que hace posible y fomenta dos procesos fundamentales: la creación y la transmisión de conocimiento. Son diversos los instrumentos que permiten fomentar y mejorar estos dos procesos, pero para que un proyecto de gestión del conocimiento tenga éxito es fundamental observar, interpretar y entender el funcionamiento de las organizaciones.

¿Qué es la Gestión del Conocimiento?
La primera pregunta que te haces cuando empiezas a trabajar en esto es: "¿Qué es exactamente la gestión del conocimiento?". Ahora no tengo una definición clara y concisa de ello, y probablemente aún no existe, pero siempre me gusta pensar que la gestión del conocimiento consiste en optimizar la utilización de este recurso, el conocimiento. Ahora bien, de ahí surgen otras preguntas, como "¿Qué es el conocimiento?". De hecho, podemos considerar que el conocimiento es todo lo que nosotros tenemos que nos ayuda a interpretar el entorno y, como consecuencia, a actuar. Es importante entender el conocimiento no tan sólo como algo que te permite interpretar, que te permite saber, sino como algo que tiene que darte la posibilidad de poder actuar, y esto es lo que quieren las empresas cuando se dedican a la gestión del conocimiento.

¿Por qué ahora?
Otra pregunta que me hacía es: "¿Por qué ahora, la gestión del conocimiento?". De hecho, toda la vida ha habido conocimiento. Los filósofos han tratado de estos conceptos desde el inicio de la filosofía en Grecia. Así pues, ¿por qué ahora empezamos a hablar de la gestión del conocimiento? Por diversas razones fundamentales. La primera es que con la bien denominada o mal denominada nueva economía, economía del conocimiento o economía de la información, el conocimiento y la información son progresivamente más importantes, como recurso y también como producto. Ello hace que las empresas estén cada vez más preocupadas por cómo utilizan estos recursos, y también por lo que sucede cuando hay gente que abandona la organización, por ejemplo como resultado de programas de reingeniería o de reducción de personal. Es entonces cuando, de repente, las empresas se dan cuenta de que personas que ellos creían que eran prescindibles en realidad tienen un conocimiento que es vital para la organización. La preocupación por este aspecto hace que se plantee la necesidad de que todo el capital en forma de conocimiento que posee la organización se quede dentro de dicha organización. Por otra parte, todo el proceso de globalización ha hecho que muchas grandes empresas muchas consultoras, por ejemplo, y otras multinacionales vean claramente la necesidad de que el conocimiento que poseen en una parte del mundo sea aplicable fácilmente en otras partes del mundo donde también tienen intereses. Por lo tanto, esto hace que este conocimiento que hasta ahora a escala local es posible que lo tuviera una sola persona y que así ya funcionase deba ponerse en manos de la organización y que este proceso se tenga que gestionar de algún modo.
Otro elemento fundamental que ha tenido una importancia vital es el hecho de que las nuevas tecnologías han aportado toda una serie de herramientas y metodologías que permiten hacer muchas cosas relacionadas con el conocimiento que antes no podían llevarse a cabo. En cierta medida, la tecnología ha dado la clave para realizar toda una serie de procesos que ahora pueden automatizarse o estructurarse y que, por lo tanto, permiten gestionar algo más eso que denominamos conocimiento.

¿Puede gestionarse realmente el conocimiento?
De todos modos, otra pregunta que también nos hacemos a menudo es: "¿Puede gestionarse realmente el conocimiento?". En la transparencia 1 vemos el dibujo que aparece en la portada de la asignatura de Gestión del conocimiento de la UOC, en el que se ven unas personas con la cabeza abierta que intercambian conocimiento mediante flujos.
Es la típica idea que hace que te plantees si esto funciona así o no. Difícilmente podemos abrir la cabeza de una persona y empezar a gestionar el conocimiento que tiene en su interior. Y difícilmente podemos decir "esto que está en la cabeza de esta persona quiero que pase a aquella otra persona". Las cosas no funcionan así. Por lo tanto, podemos plantearnos si realmente lo que podemos gestionar es el conocimiento o si lo que podemos gestionar son todas las condiciones, todo el entorno, todo lo que hace posible y fomenta que el conocimiento se cree, que el conocimiento se transmita, etc. Yo creo que la gestión del conocimiento acaba siendo eso: acaba siendo una manera de crear condiciones, de facilitar que los flujos de conocimiento circulen mejor.


¿Quién posee el conocimiento?
Muy ligado a ello está el tema de quién posee el conocimiento: ¿lo poseen las personas, lo poseen las organizaciones, lo poseen los objetos? A mí me gusta mucho poner el ejemplo de un equipo de fútbol, quizás porque es un tema que me agrada. Un equipo de fútbol es un ejemplo claro de organización en que el conocimiento es muy importante. Y no es un tipo de conocimiento que se estructure normalmente en bases de datos o en libretas. Lo que es interesante de un equipo de fútbol es que a pesar de que unas personas tengan un conocimiento que han adquirido a lo largo de su vida, puede ser que la organización no funcione lo hemos visto en el Barça últimamente. En cambio, puede suceder que al cabo de cuatro días, sin que esta gente haya aprendido nada más, sin que haya habido ninguna evolución clara, la organización funcione. Ello nos dice que probablemente el conocimiento, cuando lo consideramos como aquello que permite a una organización a un equipo de fútbol, por ejemplo actuar en función de lo que ve en su entorno, es algo más que la simple suma de lo que tiene cada persona por separado.


¿Dónde está el conocimiento?
Así pues, podemos preguntarnos: "Si no está en las personas, ¿dónde puede estar el conocimiento? ¿Dónde está este conocimiento entre personas que hace que un grupo funcione y que otro grupo no funcione?". De hecho, y esto es un área de investigación que se está desarrollando últimamente y en la que nosotros hemos intentado hacer algo, sí que podemos considerar que el conocimiento está en las personas, que en la cabeza tenemos una gran parte de nuestro conocimiento.
Si os fijáis en la fotografía de Albert Einstein un paradigma de lo que podría ser una persona con mucho conocimiento, veréis que tiene una libreta en las manos en la que probablemente un día, mientras trabajaba, escribió la fórmula E = mc2, por ejemplo. Y quizás al cabo de un rato, cuando dejó la libreta en la mesa, ya no se acordaba de la fórmula. Entonces, ¿podemos decir que esta persona, cuando la libreta ya no estaba en sus manos, tenía todo su conocimiento? Es decir, ¿podemos decir que su conocimiento era la teoría de la relatividad que acababa de desarrollar o no? ¿Qué parte de su conocimiento está en la libreta?
Éste es un tema muy interesante. Los expertos en ciencia cognitiva lo han estudiado y algunos de ellos llegan a la conclusión de que lo que hacemos con nuestro conocimiento es, en parte, tenerlo en la cabeza y, en parte, ir depositándolo, ir representándolo, ir esculpiéndolo de algún modo en objetos que utilizamos y que nos ayudan a utilizarlo. Por lo tanto, todo nuestro conocimiento es el conjunto del conocimiento que tenemos en la cabeza más el de los objetos que utilizamos objetos que pueden ser físicos, que pueden ser bases de datos o que pueden ser muchas otras cosas.
Pero, además, en una organización, aparte de las personas y de los objetos que utilizan las personas, también existen otras cosas que contienen conocimiento, como por ejemplo los procesos. Un proceso es lo que te permite tener establecidas ciertas maneras de hacer las cosas, maneras que a lo largo del tiempo se ha comprobado que funcionan y que te ahorran el trabajo de tener que repensar cada vez que haces lo mismo.
Y finalmente, un elemento también importantísimo que te ayuda a hacer que el conocimiento realmente funcione es el contexto. El contexto es lo que te permite interpretar el conocimiento, lo que te permite transmitirlo. El contexto de trabajo comprende muchas cosas y el hecho de eliminarlas hace que sea imposible llevar a cabo los procesos habituales tal y como deben hacerse. Todo ello tiene una parte de conocimiento, y el conocimiento es el conjunto de todo ello.



Procesos fundamentales de la Gestión del Conocimiento
En la gestión del conocimiento hay dos procesos fundamentales cada uno de ellos se subdivide en otros, pero los básicos son dos: uno es la creación de conocimiento y el otro, la transmisión de conocimiento. La transmisión puede darse desde muchos puntos de vista y de muchas maneras, incluso en el espacio y en el tiempo. Cuando intentamos poner de forma explícita nuestro conocimiento en una base de datos, lo que hacemos, en el fondo, es ponerlo allí para que al cabo de un tiempo alguien pueda recogerlo; en cierta medida, pues, lo estamos transmitiendo en el tiempo. Y cuando utilizamos herramientas de comunicación lo que hacemos es intentar transmitir el conocimiento en el espacio.
Además, estos dos procesos que pueden pensarse por separado también están totalmente interrelacionados, porque la creación de conocimiento no es algo que hacemos partiendo de la nada, sino que para crear conocimiento utilizamos conocimiento que nos viene de otras personas y de otros lugares –por lo tanto, ha habido un proceso de transmisión previo. Son procesos que están muy interrelacionados y que juntos hacen que el conocimiento dentro de las organizaciones mejore y se utilice.


Instrumentos para la Gestión del Conocimiento
Por lo que se ha ido diciendo, la gestión del conocimiento intenta, en su vertiente más práctica, trabajar una serie de instrumentos que permiten fomentar la creación de conocimiento y, también, mejorar o impulsar su transmisión. Algunos ejemplos de estos instrumentos pueden ser las bases de datos relacionales, es decir, las bases de datos tradicionales básicamente de números o de cadenas de caracteres cortas, pero también las bases de datos documentales cada vez más importantes, que permiten realizar búsquedas, catalogar los documentos, etc. Esto en lo que concierne al conocimiento más explícito. Ahora bien, también podemos hablar de instrumentos como las intranets y los portales del empleado, que contribuyen a hacer que haya comunicación, que permiten depositar documentos sin un grado tan alto de estructuración, etc. Y también existen, por ejemplo, los directorios de expertos, que pueden formar parte de una intranet.
La información de los directorios de expertos se pone a la disposición de los miembros de la organización para que puedan saber quiénes son los expertos en cada cosa, es decir, qué personas son las que tienen más conocimiento en cada cosa; por otra parte, además de mostrar la persona y algún documento que esta persona haya escrito, también ofrecen la posibilidad de ponerse en contacto con ella y que esta persona, por teléfono o mediante un encuentro personal, pueda comunicar el conocimiento que es más difícil de comunicar por otras vías.
Existen, asimismo, otros instrumentos, como por ejemplo herramientas que facilitan el flujo de trabajo es decir, la manera de organizar los flujos de trabajo, herramientas que ayudan a trabajar en grupo el trabajo en grupo es fundamental tanto para la creación de conocimiento como para la transmisión de conocimiento y actividades o actos como ferias del conocimiento, donde se fomenta que toda la gente de una organización, de un grupo de personas, comparta su conocimiento para extraer de ello un beneficio para todo el mundo.

Un elemento clave: entender las organizaciones
Además de los instrumentos, si queremos gestionar el conocimiento es fundamental entender las organizaciones. Para mí, ésta es una de las cosas más valiosas. Las organizaciones son sistemas complejos; no complicados, sino complejos aunque complicados también. Una máquina, por ejemplo, es complicada porque puede tener muchas piezas y muchos resortes, pero sabemos que si accionamos una palanca se encenderá una luz; esto normalmente no falla. En cambio, una organización es mucho más compleja. Hay procesos mucho más complejos, de muchos órdenes, y que hacen que no pueda tratarse con una organización planificando desde arriba, sin tener en cuenta cómo es la organización. Ése ha sido uno de los errores de muchos proyectos de gestión del conocimiento. No puede llegarse a una organización y decir: "Implantamos un proceso de gestión del conocimiento, y esto va así, así y así", porque normalmente fracasa. Lo que debe hacerse es observar, ver qué sucede en aquella organización, ver cuáles son los flujos de conocimiento y, a partir de ahí, de esta observación y de esta interpretación, facilitar las cosas que pasan y que son interesantes para la organización, y potenciarlas.

La Red y la Gestión del Conocimiento
Todo está evolucionando hacia la Red, esto es una realidad. En EE.UU. continuamente aparecen nuevos negocios. Paseando por cualquier ciudad americana podemos ver carteles en las tiendas que anuncian que se trasladan a la Red. Es lógico, menores costes, mayor capacidad de acción, un mercado mundial, unos clientes que se están acostumbrando a la compra electrónica (EE.UU),... todo son ventajas para trasladar el negocio a la Red.
Reflexionemos, ¿qué tienen en común empresas como Amazon, eBay, PriceLine, y Yahoo? Para empezar ninguna existía hace cinco años y ninguna era una marca reconocida en su sector. Hoy son líderes en su segmento de mercado, están metidas en negocios basados en tecnología, han cambiado las reglas de juego y han dinamizado el entorno competitivo. Muchas presentan pérdidas en estos momentos, pero están creando valor a gran velocidad. La razón es muy sencilla, el mercado está descontando actualmente las expectativas de futuro de dichas empresas.
Lo que parece claro, es que no todo es tan sencillo. Hay que tener una estrategia de entrada en la Red. Dentro de unos años las empresas que no vendan en la Red, simplemente no existirán (excepto sectores muy concretos).
El entorno competitivo actual ha cambiado dramáticamente, las reglas del juego están evolucionando a una velocidad fuera de lo normal. No sabemos que pasará mañana, la planificación a largo plazo e incluso a medio plazo ha muerto. Lo importante es el hoy y el ahora. La creación de valor es un imperativo para los accionistas. La empresa que no crea valor está destinada a morir en poco tiempo.
La Red lo está cambiando todo: cambia la forma de hacer negocios, aparecen nuevos competidores de la nada (pero que en la Red son tan poderosos como cualquiera), pero también se crean nuevas oportunidades. Estas oportunidades seguramente nos habrían parecido inimaginables hace unos años, incluso hace unos meses; pero hoy son una realidad y están revolucionando el entorno.
La forma de hacer negocios efectivamente está evolucionando. El canal de distribución está cambiando hacia nuevos modelos. Empresas como DELL hacen de la Red un gran canal de distribución, olvidándose de los mayoristas y minoristas. Las consecuencias de esta reducción de eslabones en la cadena producen unos costes menores y por lo tanto unos precios más competitivos.
Actualmente se está produciendo la evolución de todos los sistemas basados en tecnología Web. Los conceptos de internet, intranet y extranet son absolutamente equivalentes. La unificación ya es una realidad. Es la misma tecnología la que subyace en todos ellos. Podemos integrar toda la cadena de valor de la empresa gracias a esta unificación de la tecnología.
Este concepto de integración de la cadena de valor lo podemos denominar “integración de los ecosistemas Web”. La cadena de valor tradicional (Porter) es estática y lineal, tanto en su visión intraempresarial como interempresarial. Los procesos internos y externos se producen de forma ordenada, sistemática,... y en definitiva “lenta”. El mercado no puede esperar. La antigua cadena de valor ha muerto. Las relaciones han cambiado, tanto dentro como fuera de la empresa.
La cadena de valor en la era de la Red es un flujo de relaciones Web en tiempo real, es como una gran tela de araña en la que participan múltiples empresas, y sus conexiones necesitan ante todo velocidad. Un ejemplo claro de esto es la evolución actual de los mercados electrónicos intraempresariales; sin ir más lejos el conocido “mySap.com” es un intento de automatizar este tipo de relaciones dentro de un entorno y unos sistemas de información regulados (obviamente por SAP). No podemos olvidar que la evolución hacia el denominado Web-EDI ya es una realidad.
Otra realidad dentro del concepto de cadena de valor, es que se está evolucionando hacia lo que podríamos denominar “La cadena de valor intangible”. El valor ya no se crea con activos tangibles. Son los activos intangibles, el denominado capital intelectual lo que realmente empieza a diferenciar los logros de unas organizaciones respecto a otras. Por esta razón el gran paradigma actual de la Dirección de Empresas es La Gestión del Conocimiento y la Medición del Capital Intelectual. Sin duda estas tendencias están aportando una interesante explicación a la forma de crear valor, ya que los métodos contables de valoración de empresas no producen resultados aceptables en un entorno tan competitivo y cambiante como el actual.
Parece claro que lo que puede generar ventajas competitivas sostenibles es la gestión de ese denominado Capital Intelectual o Conocimiento. Lo importante en la Red son, sin duda, los intangibles.
Tradicionalmente las empresas han gestionado sus activos materiales (activos físicos y financieros), pero como ya hemos comentado, estos recursos no permiten generar competencias esenciales. Si repasamos la Teoría de Recursos y Capacidades, vemos que los recursos físicos y financieros no son fuentes de ventajas competitivas sostenibles a largo plazo. Por el contrario, las denominadas capacidades (recursos trabajando en grupo) si lo son (no son fácilmente reproducibles), y da la casualidad que son intangibles... Actualmente se está evolucionando hacia los denominados Activos Intelectuales. La mentalidad corporativa se centra en gestionar la información, el talento y el conocimiento. Dentro de no muchos la evolución se producirá hacia la gestión de los activos intangibles en toda su amplitud. El espíritu corporativo incidirá en cosas tan imprecisas como la empatía, la confianza y las relaciones. Seguramente en ese momento se empiecen a tomar en serio cosas tan olvidadas por las organizaciones actuales como las personas, la inteligencia emocional, la tecnología, la investigación, las mejoras en los procesos de negocio, las relaciones con clientes, socios, proveedores, y colectivos de todo tipo,... y en definitiva con todo aquello que rodea a la empresa y le permite funcionar. Hasta el momento el entorno no ha exigido la gestión de todos estos intangibles, pero dentro de no mucho tiempo se convertirá en una necesidad, si no lo es ya. En este entorno están apareciendo nuevos roles en las empresas: el CKO (Chief Knowledge Officer) y el CDO (Chief Destroyer Officer). El primero sería algo similar al Director de Gestión del Conocimiento, y se encargaría de hacer visibles y gestionar los activos intangibles críticos para la estrategia de la empresa (dentro de un entorno determinado por un país y una industria). El CDO vendría a ser el encargado de detectar aquellos recursos que no aportan valor a la organización. Una labor destructiva que se nos antoja muy lejana, pero que en EE.UU. ya es una realidad.

Gestión de conocimiento en Red. ¿Para qué?
La estrecha vinculación entre la Sociedad de la Información, basada en la aplicación de las Tecnologías de la Información y Comunicación, y la creciente importancia del conocimiento como factor estratégico, crea la necesidad de integrar ambas áreas de trabajo en una sola, el área de la Sociedad del Conocimiento.
Internet, especialmente la World Wide Web (WWW), ha hecho que cada vez mayor cantidad de información esté disponible para cualquier persona en cualquier lugar.Sin embargo, las dificultades para gestionar los grandiosos volúmenes de información y las nuevas formas sociales que surgen de las tecnologías de la cooperación se presentan como dos grandes desafíos.
Las Tecnologías de la Cooperación no sólo representan nuevas formas de organización social, sino que son un intento de organizar la información, transformarla en conocimiento y difundirlo. Estas tecnologías se relacionan con los conceptos de gestión de conocimiento en red y de redes inteligentes.
La Red ha creado un nuevo entorno donde cada usuario puede convertirse en un emisor de información, en un comunicador, independientemente de su posición social o de la jerarquía que ocupa en una organización. Este hecho, que a simple vista parece tan sencillo, modifica los paradigmas aceptados de la comunicación. El usuario puede convertirse en productor y consumidor de información y conocimiento.
Alguien expresó: "Hemos pasado de una Economía Industrial a una Economía del Conocimiento y de aquí a una Economía del Compromiso. El verdadero tema esencial no es sólo el conocimiento, sino el corazón, la pasión, la visión global, la energía y el compromiso."Partimos de la base que La Gestión del Conocimiento no es un fin en sí misma, sino un medio para lograr objetivos.
· ¿Cuál es el nivel de madurez para considerar que conocemos?
· ¿Qué posibilidades reales tiene la democratización del conocimiento?
· ¿Con qué objetivos conocemos e intercambiamos?
· ¿Qué sucede con la participación, con la capacidad de respuesta, con el compromiso social en la sociedad del conocimiento?
· ¿Cómo incide, la gestión de conocimiento en red al pensar e idealizar la sociedad?
· ¿Cómo participo y aporto en la comunidad?
Si somos capaces: de comprender estos cambios y generar/nos interrogantes, sabremos cómo intervenir en la nueva sociedad y en las redes que se están formando.Aparentemente, hoy más que nunca, para algunos la información, el intercambio y la posibilidad de conocimiento está en la palma de las manos.

http://me.economia.gob.mx/gestion%20del%20conocimiento.htm

http://www.gestiopolis.com/dirgp/adm/gestionconocimiento.htm

http://www.uoc.edu/dt/20251/


Gestión Tecnológica. Efectos sociales para los países latinoamericanos

La generación de nuevas tecnologías ejerce un impacto continuo sobre la actividad económica en forma de nuevos productos y procesos productivos, dando nacimiento a nuevas industrias y al ocaso de otras, y alternando permanentemente la forma de satisfacer las necesidades mediante el consumo.
Entre los efectos sociales más significativos de la ciencia en la actualidad, se encuentra su vínculo con la industria militar. Incluso hoy se habla de una militarización de la ciencia, lo cual implica a un conjunto de problema éticos y la responsabilidad social de los científicos ante el vínculo entre desarrollo y humanitarismo.
Una de las características del sistema científico internacional es su polarización. Como lo demuestran numerosos indicadores (número de científicos e ingresos dedicados a I&D, número de publicaciones y de patentes, etc.), un grupo bastante reducido de países industrializados concentran la mayoría de las capacidades creadas en estos campos. El poder de estos países sobre los países en desarrollo se apoya, en gran medida, en su potencial científico y tecnológico. Esto se agrava cada día porque una parte importante del desarrollo científico-técnico es funcional a las necesidades de la producción y el consumo de los países industrializados y no se orienta a la satisfacción de las necesidades humanas básicas de la mayor parte de la población del planeta.
No se trata de que los países en desarrollo se planteen alcanzar a los más avanzados en ciencia y tecnología, sino de definir proyectos científico-técnicos que sirvan de soporte a los objetivos generales de su desarrollo económico, desplegado un sistema científico centrado en sus realidades políticas, sociales y culturales.
Tampoco significa que nuestros proyectos de desarrollo no consideren la posibilidad de su inserción internacional; la intelectualidad científico-técnica de nuestros países debe capaz de nutrirse de las mejores experiencias internacionales, contribuir a ellas y, por esta vía, afirmar un proyecto científico y tecnológico autóctono y socialmente implicado.

Transferencia de tecnología: ¿resolver o crear problemas?
La transferencia de tecnología implica el alquiler o la adquisición de la tecnología que satisfaga las exigencias del proceso de industrialización. En no poca medida éste, hasta ahora, ha sido un proceso desvinculado de las necesidades reales del desarrollo en los países del Tercer Mundo. Mucho veces la importación de tecnología posibilita, la reproducción del subdesarrollo ya que desestimula la investigación científica y la innovación tecnológica local, quedado reducida la transferencia, al aprendizaje para consumir en forma pasiva, técnicas ajenas a las realidades nacionales, ocurriendo a veces, incluso, la importación de conocimientos para solucionar problemas que ya se está en capacidad de abordar a partir de recursos domésticos, dada la forma indiscriminada y no adoptiva con que muchas veces se adquiere la tecnología. Sin embargo, la experiencia de Japón en los años ’50, así como de algunos países industrializantes del presente, señala la potencialidad que encierra la importación de tecnología si se le sabe aprovechar inteligentemente.
Por tanto, el mejoramiento en los términos en que es transferida la tecnología debe ser un proceso conformado sobre la base de adquirir experiencias que den lugar al aprendizaje, tanto gerencial como tecnológico, permitiendo adquirir un mayor grado de selectividad en lo que se adquiere.
Así, la puesta en funcionamiento de un proceso importado requiere de una ingeniería “in situ”, no sólo para la instalación de los equipos, sino también para la adaptación a las condiciones específicas en que se habrá de operar. Este proceso incluye actividades como el adiestramiento y la disciplina laboral de la fuerza de trabajo, la legislación y las políticas vigentes y el desarrollo de la infraestructura física y de servicios, entre otros.
Queda, por tanto, la posibilidad de labrar nichos en los mercados internacionales sobre la base de la aplicación y adaptación de los adelantos tecnológicos generados en las economías avanzadas, a la producción y generación de productos o servicios, en donde pudieran desarrollarse particulares ventajas que hiciesen competitiva la industria latinoamericana. O sea, si por el momento no puede eliminarse la dependencia tecnológica, debe tratarse de reducirla en lo posible.

El problema del desarrollo sostenible en Latinoamérica
La incorporación de tecnologías nuevas y más eficientes a la industria, fue considerada por mucho tiempo, el factor primordial en el proceso de expansión de la economía De esta manera muchos terminaron reduciendo el desarrollo al crecimiento económico y la industrialización fue declarada la vía para alcanzarlo. Sin embargo, durante los años ’60 y ’70 se registra una considerable expansión económica en los países industrializantes sin un desarrollo paralelo en el ámbito social, lo que demostró que el desarrollo no es el mero aumento de lo que existe, sino un proceso de intensos cambios estructurales que van más allá de los marcos. técnico-económicos, constituyendo un proceso multidimensional, que lleva consigo la reorganización y reorientación de los sistemas económicos y sociales, que no se limita solo a elevar los niveles de renta y de producción, sino que da lugar a transformaciones sociales importantes de las estructuras institucionales, sociales y administrativas (Todarov, 1988). Surge entonces, lo que se ha dado en denominar desarrollo sostenible o sustentable. Desde el punto de vista semántico, sustentabilidad es una característica de un proceso o estado que es posible mantener a todos los efectos prácticos, de manera indefinida. Por tanto, según la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Comisión Brundtland), quien definiera y acuñara el término, desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias, o sea, significa mejorar la calidad de la vida humana sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan. La categoría desarrollo sustentable abarca no solo lo económico, sino también lo social, lo cultural lo institucional y lo referido al medio ambiente, pero además, la diferencia en cuanto a condiciones, necesidades y niveles de desarrollo entre los países se pone de manifiesto a la hora de determinar las etapas, métodos, prioridades y vías para lograrlo. En los países industrializados, donde lo que está en peligro es la calidad de la vida, existe una preocupación creciente por los efectos a más largo plazo de fenómenos tales como, el deterioro de la capa de ozono y el calentamiento global; sin embargo, para las naciones industrializantes, donde lo que peligra es el derecho a la vida, las principales preocupaciones están relacionadas con problemas como el suministro y la calidad del agua, el deterioro de los suelos, el saneamiento ambiental y la explotación irracional de los recursos ambientales. Esto demuestra la importancia que tiene evaluar las especificidades locales para el logro de la sustentabilidad.
En nuestros países, el desarrollo de una capacidad científica y tecnológica juega un papel de primer orden, por lo que es necesario generar un espacio regional para emprender esfuerzos de este tipo, orientados hacia las demandas sociales y económicas internas, lo que exigirá el cambio tecnológico y la introducción de componentes de tecnología avanzada en las actividades productivas, prestando mayor atención a los recursos regionales y a la capacidad de regeneración del ecosistema.
Si bien el desarrollo sustentable descansa esencialmente en la fuerza endógena de transformación de cada sociedad, no puede reducirse sólo a ésta. El grado de internacionalización de la producción, resultado del vertiginoso desarrollo científico-técnico de las últimas décadas y las nuevas tecnologías, han posibilitado la profundización de la especialización internacional en el campo de la ciencia y la producción, lo cual implica un desarrollo de vasta cooperación entre los países. Por tanto, reviste una gran importancia en el contexto mundial actual, la cooperación entre nuestros países en la búsqueda de soluciones que les permitan avanzar en estas condiciones, desarrollando y transfiriendo tecnologías que se adapten a sus condiciones. Estaríamos hablando entonces de un desarrollo no solo sustentable, sino también solidario.

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